Los Clásicos entre Barça y Madrid son siempre partidos interesantes de analizar. Dos rivales que se conocen a la perfección y que en cada partido realizan retoques para sorprender al gran rival tácticamente. Zinedine Zidane se enfrentaba a la prueba de su primer clásico y se esperaba un planteamiento muy diferente al del Madrid del 0-4 en el Bernabéu.
Los primeros 60 minutos
Se podría decir que en este Clásico se jugaron 2 partidos muy distintos con un Real Madrid que supo adaptarse a ambos. El Barcelona arrancó concentrado y moviendo bien el balón en los primeros minutos. El Madrid por su parte revelaba un planteamiento con clara vocación defensiva, lejos de su 4-4-2 habitual en defensa pasó a un 4-5-1 con los extremos fijándose a los laterales del Barça. La idea defensiva del Madrid era dejar jugar al Barça por fuera e impedir el juego fluido por dentro y si había recuperación salir rápido hacía arriba. El Barça por su parte buscó generar superioridades por dentro retrasando la posición de Leo Messi y colocando a Dani Alves prácticamente como extremo en la derecha.
Los últimos 30 minutos
Después del gol del Barça todo cambia. El Real Madrid, consciente de que debe ir a por el gol se lanza al ataque y descubre que el Barça tiene problemas para tapar la subida de los laterales. Marcelo y Carvajal leen perfectamente el partido y con sus subidas crean los desequilibrios que acabarían con gol blanco.
Los extremos del Barça no repliegan en defensa para ayudar con el lateral. Esto hace que su marcaje recaiga en el interior de su lado o directamente en los laterales del Barça creando superioridades para el Madrid por dentro.
El Barça no lee bien el partido y no acierta a frenar estas subidas de los laterales blancos. Vemos como la entrada de Arda no modifica en nada el planteamiento inicial y la posición de Messi no genera superioridades por dentro. Arda cae a banda, pero el Madrid lo deja libre, por tanto en medio se da un 3v3 y en defensa un 2v4 favorable al Madrid, muy complicado para un Barça que casi siempre busca combinaciones rápidas por dentro. Con esta situación se acentúa el envío de pases largos a los delanteros, fáciles de defender para una defensa tan retrasada y con poco espacio a su espalda.
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