
El Borrussia Dortmund de Thomas Tuchel empezó la temporada con renovadas energías y un gran juego. Muchos vieron en este hecho la continuación de la era Klopp pero nada más lejos de la realidad, Tuchel ha revolucionado el método de entrenamiento que llevó al Dortmund a la final de la Champions League y a la conquista de títulos. No es la continuación de la era Klopp es el inicio de la era Tuchel.
El método del error
Dicen que Thomas Tuchel mandó colgar en el vestuario del Mainz la famosa frase de Michael Jordan: "He fallado más de 9000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 partidos. 26 veces han confiado en mi para lanzar el tiro que ganaba el partido y lo he fallado. He fracasado una y otra vez en mi vida y eso es por lo que tengo éxito". El error para Tuchel no es algo malo, sino un medio para alcanzar el éxito.
Tuchel no cree en la repetición como método, repetir acciones una y otra vez para reducir los errores. Desea que sus jugadores comentan errores y que encuentren soluciones ellos mismos para que aprendan a pensar sobre el campo. Pero dentro de esta libertad de acción el jugador puede perderse, Touchel sorprende aquí también con su método. No dirá cómo tiene que desarrollarse el juego del equipo, obligará al equipo a jugar del modo que el desea modificando las condiciones del juego. Por poner un ejemplo: cuando Tuchel entrenaba al Mainz, harto del gran número de pases largos que daba el equipo, mandó recortar las esquinas del campo (formando un diamante) para que sus jugadores tuviesen que jugar por abajo y realizar combinaciones. Tuchel no dijo nada, pero obligó a sus jugadores a jugar de esta forma. Así enriquece en gran medida la capacidad de respuesta y adaptación de su equipo a diferentes situaciones del juego fomentando su capacidad para pensar.
Además de esto, Tuchel considera que todo conocimiento adquirido se puede aprovechar en su campo. De ahí que pidiera organizar un entrenamiento conjunto con un equipo de baloncesto de la liga alemana. Algo parecido a las ideas de Pep Guardiola que adapta ideas de otros deportes (como el baloncesto, el handball o el ajedrez) a sus entrenamientos y al juego de su equipo.
La ética es otro elemento de gran importancia en esta concepción integral de entrenamiento. Tuchel fomenta la ética en la convivencia y el buen ambiente en sus equipos. En un ejemplo de la importancia que tiene esto para el, Tuchel envió a la peluquería a un jugador suyo cuando entrenaba al juvenil del Augsburgo porque consideró que su peinado no representaba correctamente los valores de la institución.
El éxito de su método está por ver, lo que es innegable es su originalidad. Y es con la aplicación de nuevas metodologías como este maravilloso juego evoluciona y, por esto mismo, la figura de Thomas Tuchel debe ser analizada con el respeto que un innovador merece.
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